Liga de bolos celtas

Bolos celtas

El juego de bolos celtas es probablemente la más antigua modalidad deportiva de las que se celebran en el municipio. Aunque su origen es incierto, parece que ya se jugaba hace un par de siglos en la zona. Normalmente el premio por el que se jugaba era un carnero o algún animal de granja. Aunque ahora los clubes participan en una competición gallega regida por la Federación autonómica del ramo, aún perduran las partidas en las que se puja por aquel animal.

Características del juego

El juego se practica en un campo casi semicircular de tierra o arena de playa. En cada bolada hay que derribar 18 bolos cónicos, situados sobre una placa de piedra, con una bola lanzada por el aire, no a ras de suelo. El lugar desde donde lanza cada jugador está a 7,5 metros de la placa, y ésta a 21 metros de la línea de puntos. Los bolos están situados en una sola línea y separados uno de otro por un par de centímetros. Tanto los bolos como la bola son de madera de boj; los primeros tienen 18 cm. de altura y 5 de ancho y un peso de 250 gramos. La bola, de 60 cm. de circunferencia, pesa 2,5 kg.

El juego puede ser practicado entre dos jugadores, entre parejas o entre equipos de 3 jugadores y un suplente cada uno. Cada jugador dispone de 3 turnos o boladas para lanzar, nunca de manera consecutiva. Cada bolo que consigue sobrepasar la línea de puntos le otorga 10 puntos o bolos, mientras que los que sólo haya derribado y no queden en pie valen un solo punto. El equipo que sume más puntos gana. Cada encuentro tiene dos rondas, y cada una de ellas se dirime al mejor de 5 partidas. Cada victoria vale 3 puntos, el empate vale uno y la derrota ninguno.