Historia de Baiona

Escudo

 



Baiona romana y medieval

Algunos autores atribuyen la fundación de Abobriga en el año 140 a.C. (primer nombre de Baiona) a Diomedes de Etolia, hijo del príncipe Tideo, fundador de Tui. En esa época, los romanos expulsan de la península ibérica a los cartagineses, pero algunas regiones como Galicia y Lusitania se alzan contra ellos. Para combatir estos levantamientos, Roma envía al cónsul Flavio Serviliano que sitia a los rebeldes de estas tierras en el recinto fortificado de la Erizana. Pero una noche Viriato entra por el mar con su ejército, acorrala a los romanos entre la montaña y la bahía y libera a la población, que horas antes respondiera a las amenazas de Flavio Serviliano de pasarlos a cuchillo de esta forma: "nuestros padres no nos dejaron oro y plata para comprar la libertad, sino hierro para defenderla".

En el año 60 a.C., Julio César llegó a esta Villa con la intención de asaltar con sus tropas las islas Cíes y destruir a los herminios, allí refugiados, que se rindieron ante el bloqueo ordenado por el emperador romano.

En el año 587 es conquistada por el rey visigodo Recaredo. El monarca la anexiona a su reino y decide acuñar una moneda para conmemorar su triunfo.

Entre los años 730 y 750, la Villa es dominada por los árabes, que pierden su posesión en beneficio del rey Alfonso I. No sería aquélla la única presencia árabe en esta geografía, puesto que siglos después (en el 997), el rey Almanzor –consciente de la importancia estratégica del lugar y su fortaleza– consigue conquistar la Villa.

Época bajomedieval y principio de la edad moderna

Una de las fechas más significativas en la historia de Baiona es quizá la de 1201, año en que el rey Alfonso IX de León firmó en las islas Cíes una Carta-Puebla por la que otorgaba a Erizana el nombre de Bayona y concedía a sus habitantes importantes fueros y privilegios para el comercio marítimo. De esta manera, dejaba de depender del señorío del monasterio de Oia.

Como quiera que Baiona era valorada como enclave estratégico, sus posibilidades de ser atacada eran elevadas. En 1331, durante la guerra entre los reinos de Castilla y Portugal, fue atacada por la flota dirigida por el almirante portugués Pezaña, lo que provocó en la Villa enormes destrozos. Cuatro décadas más tarde, en 1370, el nuevo rey de Castilla, Fernando I de Portugal, fija su residencia en la fortaleza de Monte Boi, hasta que es derrotado por las tropas castellanas.

Uno de los episodios que pudo haber cambiado la historia de Galicia ocurrió en 1388, cuando el británico duque de Lancaster arriba a A Coruña con un ejército. En su intención de conquistar el trono de Castilla para su mujer doña Constanza –heredera legítima según las Cortes de Sevilla–, toma primero esa ciudad y, más tarde, Compostela, Pontevedra y Vigo. Motuax, mariscal de su ejército, logra también llegar a la puerta de Baiona con sus 1.000 arqueros y consigue, sin derramar una gota de sangre, que las autoridades se rindan. Lancaster consigue también pactar con el rey de Portugal para atacar al enemigo común y pide a don Juan, rey de Castilla, que entregue a doña Constanza el trono. Pero éste no acepta y propone el matrimonio de su hijo Enrique III (de 10 años) con Catalina (de 14), hija de Lancaster y Constanza. La propuesta es aceptada y Lancaster instituye el título de Príncipes de Asturias –como émulo del británico principado de Gales– que ostentarán por primera vez Enrique y Catalina.

Esta época de guerras y pactos arruina a Baiona que no volverá hasta el siglo XV a recibir un nuevo impulso. En 1425, el rey Juan II decide que A Coruña y Baiona sean los únicos puertos gallegos en los que se descarguen las mercancías procedentes del extranjero y, posteriormente, autoriza a este puerto a importar y exportar cualquier clase de mercaduría.

En 1474 es asaltada de manera sangrienta por Pedro Álvarez de Soutomaior, más conocido como Pedro Madruga, uno de los personajes más despiadados de la época feudal gallega. Amante de los castillos y fortalezas, Madruga construye en el pico del Monte Boi una Casa-Torre, que aún hoy permanece en pie como parte del actual Parador de Turismo.

Un año más tarde, los habitantes de Baiona toman partido por Alfonso V, rey de Portugal, en su lucha contra los Reyes Católicos. Finalmente, tras un prolongado asedio, el monarca y los baioneses, resguardados en la fortaleza de Monte Boi, deciden rendirse. Aún volvió a intentar cercar sus murallas en 1478 Pedro Madruga, pero se vio obligado a desistir ante las fuerzas reales.

La fecha más señalada de la historia de Baiona es la del 1 de marzo de 1493: ese día arribó a su puerto la Carabela Pinta, comandada por Martín Alonso Pinzón y pilotada por Cristóbal García Sarmiento –natural de esta comarca–. Baiona se convertía así en el primer pueblo de Europa en tener noticia del descubrimiento de América. En 1497, los Reyes Cató- licos concedieron a los habitantes de Baiona numerosos privilegios y les ordenaron vivir, en previsión de las invasiones extranjeras, dentro del recinto de la fortaleza de Monte Boi, que a partir de entonces tomaría el nombre de Monte Real. Entre los privilegios otorgados a los 650 vecinos figuraban la exención de servir en la Armada de Castilla y licencia para emprender por su cuenta la guerra en corso. Igualmente, los Reyes concedían a Baiona los títulos de Noble y Leal Villa.

La época moderna

Comenzado el siglo XVI alcanza Baiona gran esplendor: expedía y comunicaba Órdenes Reales, era cabeza de Partido y tenía dominio y señorío sobre los valles de la Louriña y Rosal. Por otra parte, la Villa iba creciendo puerto atrás, pues los habitantes no eran muy partidarios de vivir en la fortaleza. Ese esplendor se ensombrecería años antes de la mitad del siglo, cuando una flota francesa de 56 navíos ataca su puerto (año 1533) y después de que una epidemia menguase considerablemente su población (1540). Antes, en 1512, el marinero baionés Diego Carmona Pérez arribó en Sanlucar de Barrameda con la expedición de Juan Sebastián Elcano, tras haber completado la primera vuelta al mundo. Otro marinero de la Villa, Vasco Gallego, que formaba parte de la tripulación de Magallanes, integrante de la misma expedición, falleció en las islas Molucas.

En 1585 el pirata inglés Francis Drake, al mando de 1500 hombres, ataca la fortaleza, pero la población de la comarca, ordenada por el entonces conde de Gondomar, Diego Sarmiento de Acuña, le conmina a abandonar la bahía. El propio conde consiguió comprar al rey Felipe II el feudo del Val Miñor, con lo que así pasaba a gobernar a veinte mil vasallos. Después el propio monarca ayudaría con privilegios a la Villa (exención para servir en la Armada Real y creación de una Cátedra de Gramática) y concentraría en la bahía a una Armada de 17000 soldados, con el fin de derrotar a los piratas que merodeaban las costas gallegas.

Los siglos XVII y XVIII fueron también tiempos de asedio constante. Baiona era el puerto principal del sur de Galicia y norte de Portugal y el punto marítimo más difícil de combatir. Se dice que quizás el famoso hundimiento de los galeones en Rande no hubiese ocurrido de haber atracado éstos en la bahía de Baiona, pero los Reyes desatendieron su importancia. A lo que sí llegó a contribuir Baiona fue a la reconquista de Vigo. Los vecinos de la comarca, con la ayuda de batallones portugueses, se zafaron de las tropas del mariscal Soult, que se habían adueñado de Monterreal, frenando así parte de la avanzadilla napoleónica hacia Vigo, la primera ciudad de Galicia que consiguió liberarse del dominio francés.

La época contemporánea

En 1823, Baiona dejó de ejercer su jurisdicción sobre el Val Miñor y su influencia quedó reducida a término municipal. La última vez que funcionaron los cañones de Monterreal fue veinte años después, cuando el general Iriarte intentó sin éxito apoderarse de la fortaleza como etapa de su lucha por mantener el Movimiento Liberal.

En 1859 una Real Orden dispone el fin de Monterreal como fortaleza militar y en 1872 el Estado anuncia su venta en subasta pública. Lo adquiere en 1877 José Elduayen, marqués del Pazo de la Merced. En 1880 Manuel Misa y Bertemati, conde de Baiona, entrega al Ayuntamiento un edificio que funcionará como escuela pública. Su hermano, Ventura Misa, construyó por primera vez una bodega catedral en Jerez de la Frontera, en la que se creó el vino de Jerez, del que se considera inventor.

En 1943 se inaugura el actual consistorio, instalado en la histórica "Casa de Correa", adquirida un año antes por el Ayuntamiento. En 1966 el castillo de Monterreal comienza a prestar servicios como Parador Nacional de Turismo, después de que el Estado lo adquiriese en 1963 a los herederos de Bedriñana. En 1974 el ministerio de Trabajo instaura el día 1 de marzo, día de la Arribada de la Pinta, como Fiesta local oficial.