Aunque la Constitución de 1978 estableció la aconfesionalidad del Estado, la población española es mayoritariamente católica y todas los municipios siguen celebrando sus tradicionales fiestas religiosas. Las parroquias son las unidades religiosas de las 67 diócesis existentes y cada una de ellas tiene un patrón. Las fiestas en honor a cada uno suelen consistir en oficios religiosos a los que en ocasiones sigue una celebración profana.